miércoles, 4 de julio de 2012

Capítulo 4

Anduve unos metros por un túnel totalmente oscuro. Después una intensa luz iluminó el túnel y una puerta se abrió. Dudé unos segundos y entré.
Estaba libre. O eso parecía. Ante mis ojos un recinto abierto. Pero era tan deprimente. La muerte adquirió un nuevo significado. Antes la muerte se había presentando como una amenaza a mi vida. Como la visión mi cadáver siendo diseccionado en el laboratorio forense. Como un ataúd cerrándose y montones de tierra cayendo sobre él.
Pero ahora veía la muerte como la ausencia de vida. Pero no solo vida humana. No había ningún animal. La tierra era árida y tan seca como una piedra. Los árboles eran simples vestigios de vida, esqueletos de lo que antes había sido un ser vivo y que ahora yacía lacio e inerte. El cielo era negro como el carbón, sin estrellas, sin lunas (En mi planeta hay dos lunas, una blanca y otra en un tono mas grisáceo una al lado del otro. Digo esto por que soy consciente de que hay planetas con más o menos lunas).
Me alejé de la puerta para que se cerrara y me quedé allí, parada, mirando el desolador paisaje que me rodeaba. Me pregunté dónde estaba. Lo que me parecía más lógico era pensar que era una isla artificial utilizada para poner a prueba a los candidatos. O era una de las islas bombardeadas por Mainon en la guerra.
Fuera lo que fuera parecía que estaba sola. No veía cámaras ni resto alguno de la tecnología del programa. Ni a sus estúpidos clones.
Si no había nadie, ¿que hacía yo allí?¿Que tenía que hacer? Decidí andar mientras estas y otras dudas aparecían en mi cabeza. Después de unos minutos una nueva duda apareció en mi cabeza eclipsando a todas las demás: ¿Quién era yo? Solo sabía que me llamaba Yina. Debía ser joven puesto que mis movimientos eran ágiles y no notaba algunos síntomas propios de la vejez. ¿Tendría familia o sería de esas personas solitarias y antisociales? La verdad no me imaginaba como una persona encerrada en un piso minúsculo incapaz de entablar contacto con individuo alguno. Me imaginaba volviendo a mi casa después de un duro día de trabajo en la oficina, encontrándome a mi marido y a mis hijos esperándome en la puerta. Yo le daría un beso a mi marido mientras le cuento que he conseguido cerrar un importante acuerdo con una empresa extranjera. Después cogería a mis hijos en brazos y les preguntaría que tal les ha ido en la escuela. Iríamos todos al comedor, nos sentaríamos en la mesa y cenaríamos entre risas.
Pero eso es imposible. Yo estoy aquí. ¿Qué habré hecho para estar aquí? Debo de haber hecho algo demasiado bueno, algo que ha molestado a Mainon tanto como para meterme en esto. Pero no se me ocurre el qué. No me veo capaz de hacer grandes cosas. Creo que me habría conformado con lo que había.
No es lo más valiente pero es lo más seguro. Algo grave debió pasar para que yo hiciera algo tan drástico como para que me metieran aquí.
A lo lejos se alzaba una columna de humo. ¿Sería otra trampa del programa? Era lo más probable. Pero fui igualmente. Era mejor enfrentarse al peligro cuanto antes. Si tardaba mucho en ir hacia el peligro traerían el peligro hasta mí.
A medida que avanzaba la columna de humo parecía aumentar en tamaño. Tanto creció que no se distinguía el final.
Los pies me dolían. El cuerpo entero me dolía. La herida en el hombro provocada en la prueba de los cuchillos no sangraba pero me dolía más que antes. Me paré a examinarla. No parecía infectada. Aunque no sangraba todavía no había cicatrizado del todo.
De repente el suelo tembló. Fue un temblor casi imperceptible pero sirvió para alertarme del peligro inminente.
Una pequeña grieta se abrió en el suelo. De ella salió una espada. Otra grieta se abrió al lado de la anterior y salió un hacha de guerra. En el medio flotaba un botón rojo. Al pulsar el botón, escuché la misma voz de antes:
-Señorita Yina, en frente tiene las armas para superar su próxima prueba. Solo puede escoger una. Tiene 30 segundos.
No sabía muy bien cuál sería mi próxima prueba, pero si tenía que luchar contra alguien prefería hacerlo con una espada. Me parecen más manejables.
Aunque estaba segura de que arma quería, medité un poco antes de decantarme definitivamente por la espada.
El hacha desapareció en la grieta



2 comentarios:

  1. Ya lo he leído todo ^^ (hacía tiempo que no me pasaba) y me reitero, me recuerda mucho a Los juegos del hambre xD Por otro lado me gusta cómo escribes, aunque tienes que mejorar mantienes la intriga en los capítulos y éso es lo mejor ;D

    ResponderEliminar
  2. Muchas gracias por pasarte :)
    Ya xd he asumido que va a ser muy dificil (por no decir imposible) que no recuerde a los juegos del hambre. Aunque voy a intentar alejarlo un poco es casi inevitable aunque ya he dicho que esta novela la uso un poco para practicar y mejorar mi forma de escribir
    Te agradeceria que te pasaras cuando subiera un nuevo capitulo y me dieras tu opinion, me ayudaria mucho, pero solo si quieres xd no quiero que te tragues un texto gigante si te aburre
    Por cierto me alaga eso de que mantengo la intriga :)
    Un beso

    ResponderEliminar