domingo, 20 de mayo de 2012

Capítulo 3

Aunque me costo un poco saqué la lanza de la pared y miré en todas direcciones. La lanza provenía de una habitación tras una puerta que antes no había visto.
Me levanté y tras unos minutos observando toda la habitación en busca de algo relevante. Y lo encontré. Había unas rejillas de ventilación y encima de la puerta una bombilla roja. Y en frente de mí una puerta de metal oxidada. La bombilla emitió un pitido y se encendió al mismo tiempo que las luces de la habitación se apagaban. La luz roja de la bombilla iluminó toda la habitación. De los conductos de ventilación salía una especie de humo blanco. O salía de allí o me mataban. Por alguna razón estúpida salí de aquella habitación. Supongo que aunque sabía lo que me esperaba tenía miedo a la muerte. Luego descubrí que vivir siendo una concursante sería aún peor.
Cuando estuve a pocos metros de la puerta, esta se cerró. Estaba sola en aquel lugar casi a oscuras, con una lanza en la mano y un miedo terrible devorándome por dentro.
Unos segundo pasaron hasta que se encendieron dos focos situados en el techo. Estaba en una sala gris con las paredes y el suelo de piedra.
No sabía que pasaba. ¿Tan pronto me habían metido en el concurso?
Si no era eso ¿entonces que era? A lo mejor no le había gustado al hombre del despacho. No le habría parecido ni muy competitiva ni muy dura...
No eso era una estupidez. Si fuera por eso habrían dejado que me matara otro concursante. Y aquí no aparecía nadie.
Observé aquella sala. Había dos cámaras en las esquinas. Era lo único que pude diferenciar.
De repente una nueva sorpresa. Un cuchillo casi me da de no ser porque lo vi a tiempo y me aparté. ¿De dónde había salido? Otro cuchillo hizo lo mismo que el anterior. Y después de ese muchos más salían de diversos agujeros escondidos en las paredes. Corrí todo lo que podía para que no me diera ninguno, saltaba me agachaba y hacía mil cosas para protegerme. Dos de ellos me dieron, uno me rozó la cintura y otro me hizo una herida más profunda en el brazo derecho. Tras una de mis maniobras de protección vi un sitio en el que no había caído ningún cuchillo, una zona en la esquina derecha en frente de la puerta. Corrí hasta allí como pude. Parece que se percataron de mi propósito porque sentía miles de cuchillos intentando alcanzarme. Otro cuchillo me dio esta vez en el hombro donde se me clavó. Aún así no paré, sabía que mi vida dependía de que consiguiera llegar a esa esquina. Al fín llegué. Un par de cuchillos intentaron alcanzar esa zona sin éxito. Lo conseguí. Antes de alegrarme por completo de mi victoria extraje el cuchillo del hombro. La herida sangraba y dolía bastante pero no parecía del todo grave. Intenté recuperar el aliento.
Esa distracción momentánea casi me cuesta la vida por que un último cuchillo se dirigía a mi abdomen. Después de esto, me levanté y estuve alerta. Era todo una prueba. Una estúpida y peligrosa prueba, pues parecía que no les importaba matarme en ella.
Descansé lo suficiente para recuperar la respiración.
Unos minutos después los cuchillos fueron absorbidos por el suelo y las paredes. Aunque parezca raro esto si que me lo esperaba. Al menos seguía conservando mi lanza.
Una puerta apareció en la pared situada delante de mí. Un hombre calvo, fuerte y de un metro noventa aproximadamente entró por ella.
Y para mejorar la situación sacó una espada. Genial
Yo estaba aterrorizada. Ahora intimidaba mucho más que la última vez que lo vi.
Se acerco corriendo hacia donde yo estaba. Lo único que hice yo fue huir. ¿Qué otra cosa podía hacer? Era un armario de dos metros, me iba a aplastar como si fuera una hormiga.
Una sonrisa se dibujó en su cara al verme huir. Se dirigió hacia mí andando lentamente. Se estaba riendo de mí. Algo se activó. No soportaba la cara de ese tío. Esa sonrisa de cerdo. Corrí hacia él. Si iba a morir por lo menos intentaría llevármelo adelante.
Estuve cerca de él. Mi plan era ir y clavarle la lanza. Lo sé, es un plan magistral. Lo que tiene la desesperación y el miedo.
Cuando creía que ese clon era tan estúpido como para que mi plan funcionara cogió mi lanza y me dio un puñetazo que me tiró al suelo. Desde ese momento odio la clonación.
Aprovechó que estaba en el suelo para darme patadas. Yo intentaba protegerme de la lluvia de patadas poniéndome en posición fetal pero era imposible que no recibiera ningún golpe. Entonces recordé esa sonrisa. Esa estúpida sonrisa. Le di un puñetazo en...bueno ese sitio. Por suerte este clon conservaba algunos rasgos humanos. Su reacción fue inmediata. Mientras se moría de dolor, le di un codazo en la espalda y una patada detrás de la rodilla. Se cayó al suelo yo recuperé mi lanza y le clavé dos veces.
Me aseguré de que lo había matado y me senté lejos de él para recuperarme de los golpes.
Una voz se sonó a través de un megáfono:
- Señorita Yina, me alegra anunciarle que ha superado la prueba de acceso a la selección del concurso-
Y así es como descubrí mi nombre- Por favor, deposite el arma en el suelo y diríjase a la puerta que aparecerá a continuación.
La puerta apareció.Pero yo no le hice caso. Era otra trampa.
-Por favor señorita Yina diríjase a la puerta que acaba de aparecer en la sala.
Mi respuesta seguía siendo la misma: No
Las mismas rendijas de ventilación aparecieron. Y pasó lo mismo que antes. Atravesé esa puerta.



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